En trees ocasiones he estado en la isla de los Uros en el lado peruano del lago Titicaca.
A veces me inspiro y mi cabeza no deja de dictarme cosas que a veces no tienen sentido, a veces si, pero de igual manera me gustaría compartir alguno de estos pensamientos/experiencias con ustedes.
ODA AL LOS UROS
Sobre un mar capturado entre montañas sobre los 3mil metros de altura,
bajo un cielo estrellado,
siento una gélida brisa de otoño primaveral…
Que me atrapa, me envuelve y conquista.
Mis sueños flotan al vacío junto el va y ven del lago eterno e incomprendido,
Con raíces milenarias que tan lejos están de la tierra y tan firme están sobre el agua,
flotando sobre un sueño extraño sobre gente que camina sobre el agua,
solo que no es onírico, es más real que mis pies puestos sobre la tierra… ironía.
Durmiendo en una casa de totora,
en un cama de totora sobre un suelo de totora que se mueve junto el agua,
mis pensamientos fluyen tan lúcidos como las lejanas risas de niños que rodean mi propia isla nómada,
como mi vida, mi ser…
y me hace sentir, dudar y me atrapa.
La vida sobre el agua me hace recordar partes de mi vida en movimiento...
el olor de la totora viva,
al pescado fresco dentro de una olla de greda
sobre un fogón recién encendido sobre una superficie húmeda.
Un juego de niño es ir a pescar obscuras de madrugada,
Un juego de niño es manejar un bote durante 3 horas para llegar al colegio,
tener que navegar para ir al baño, para conquistar al amor de su vida, para jugar al volley…
Una vida nómade dentro de un mar capturado por montañas,
pero la dibujada sonrisa de verano sobre sus perfectos semblantes milenarios
es tan permanente como la historia que envuelve a los moradores de las islas de los Uros.
¡Nos vemos en la próxima aventura!!
